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28 ene 2012

Cazadora Capítulo 16

Nota de la autora --> Si Gaby, me gustó xD. Bueno vamos a ver, aquí os dejo un nuevo capítulo. Una personita se quejó de que apenas salian Natalia y Lyan, pero es que estaba todo previsto. Así que...esa personita creo que disfrutará con este capítulo ;) 
Sin más, que disfruten de la lectura.
 
Los tres entrenaron los siguientes dos días. Shena aparecía de vez en cuando y los observaba desde la penumbra del bosque, pero nunca intervino en las sesiones de entrenamiento.

El tercer día apareció por fin soleado. Las nubes por fin liberaron al cielo y el sol brilló con todo su esplendor.

Kian y Lyan estaban enfrentándose con las espadas mientras Natalia trataba de aprender sola a manejar el arco. La paciencia que tenía con Lyan estaba llegando a su fin y Shena, desde donde estaba observándolos, lo notó antes que nadie. Aún así no intervino. Siguió mirando. Admiró levemente cómo Kian trataba de evitar gritarle a Lyan.
Cuando de repente, notó un cambio en el aire y Shena lanzó un grito de alerta hacia Kian, quien a su vez, se agachó arrastrando consigo a Lyan y esquivando una errante flecha que Natalia había lanzado.

Ella los miraba con horror puesto que había estado a punto de darle a Kian. Él dirigió una leve mirada a Shena que ella tradujo como un silencioso agradecimiento y luego caminó con furiosos pasos hacia Natalia.

Shena trató de darles algo de intimidad. Estaba segura que Kian regañaba a Natalia, a juzgar por la cara que ella iba adoptando. El horror dio paso a la tristeza y sus ojos cada vez brillaban más.

-Kian,-advirtió Shena.-déjala ya. Aprendió la lección.

Él se giró hacia ella y Shena observó con incredulidad cómo sus ojos, que normalmente eran marrones, tenían betas rojizas como ascuas. Apenas duró unas milésimas de segundo, pero Shena lo vio y desconfió antes siquiera de que volvieran a la normalidad.
Deberá tener cuidado con él.

                                                  ***
Mientras Kian se giró hacia Shena, Natalia aprovechó para alejarse y adentrarse en la casa. Pero Kian estaba ahora prestaba atención a Shena. De nuevo ella parecía saber más de lo que aparentaba.

Lyan que hasta ahora había estado mirándolos, se acercó a ellos.

-Kian, Natalia trataba de no molestarnos mientras entrenábamos. Tienes que disculparte con ella.

Kian apenas escuchó lo que él le dijo. ¿Que se disculpara? ¡¿Quién había sido la que apunto lo mata de un flechazo?! Bueno, él sabía que estaba exagerando, pero una herida a tan poco tiempo de la siguiente prueba podría haber ocasionado problemas. Y todo eso se había evitado gracias a Shena.

No le contestó a Lyan.

-Gracias por el aviso.

-No es nada, pero has sido rudo con Natalia, lo sabes. No te diré que te disculpes, pero sé que tarde o temprano lo harás.

Después de esas palabras que poco después harían mella en él, se retiró dentro de la casa.

-Esta mujer es realmente fascinante.-comentó a su lado Lyan, que la miró hasta que entró.

Kian se giró hacia él y con un exabrupto lo instó a seguir con el entrenamiento. Las palabras de Shena resonaban en su cabeza.

                                              ***
Natalia no bajó a cenar y Shena supo que se sentía mal tras el incidente con el entrenamiento. Pero casi podía haber sido culpa de ella misma. En vez de sumergirse en el enfrentamiento de los dos, debería haber estado observando a Natalia quien a simple vista se podía ver que en su vida había usado un arco.

Se retiró del salón después de ayudarlos a recoger y salió fuera. La luna brillaba mucho esa noche puesto que ninguna nube la cubría.

Caminó hasta que estuvo bajo el balcón de la habitación de Natalia y voló hasta él. Por suerte la ventana estaba abierta y con un leve movimiento ya estuvo dentro.

Natalia la miraba fijamente desde su cama. Sus ojos aún brillaban, signo de que había llorado muy recientemente. Para dejarle espacio, volvió a salir al balcón.

-Aprende de la Luna que aunque se encuentre sola, nunca deja de brillar, Natalia.-comentó después de un rato sin haber dicho nada. Observando a la Luna.-No dejes que el incidente de hoy apague tus ganas de seguir aprendiendo. Mañana yo misma te ayudaré a entrenar.

Sin darle tiempo a responder, bajó de un salto del balcón.

Eso de dejar a la gente con la palabra en la boca estaba comenzando a ser una costumbre para Shena.
Con una sonrisa tras pensar en ello, Shena volvió a entrar en la casa y subió a su cuarto.

                                                ***
La mañana llegó pronto y Kian apenas había logrado dormir. Las lágrimas que a punto estuvo Natalia de derramar delante de él y las palabras de Shena, tal y como ella le había dicho, le estaban carcomiendo por dentro. Sabía que debería disculparse con Natalia.

Bajó a desayunar con pasos pesados. Allí encontró a Lyan, que apenas le dirigió una mirada.

De mal humor, Kian se tragó un par de bocados de un extraño dulce que había en la encimera y salió al patio que se había convertido en la zona de entrenamiento. Quería descargar su genio contra algo antes de tratar de hablar con Natalia.

Pero la estampa que allí encontró lo dejó tan sorprendido que casi tropezó.

Se quedó quieto observando como Shena, con paciencia, ayudaba a una vacilante Natalia, que trataba de coger el arco tal y como ella se lo mostraba. Después trató de disparar, pero Shena la detuvo. Le enseñó a colocar y coger correctamente la flecha y el modo en que debía disparar. Tras eso sí la dejó sola.

Y lo más impresionante, es que Natalia tiró correctamente. No del todo orientado hacia la diana, pero sí con la fuerza adecuada. Shena le felicitó con efusividad y luego le instó a disparar las flechas que quedaban en el carcaj hasta que acertara alguna.

Mientras Natalia se centró completamente en la tarea que ella le había dejado, Shena se acercó hacia Kian, que llevaba todo el rato de pie mirándolas como un pasmarote.

Sonrió hacia él, reconociendo su sorpresa.

-Sí, lo sé. Venía a disculparme con ella. Pero esto me ha distraído de lo que iba a hacer.-admitió sonriéndole y fijando su mirada en Natalia de nuevo.

-Pues venga, no te quedes ahí parado.-le animó Shena, empujándolo levemente por la espalda hacia Natalia.

Kian caminó hacia Natalia y de reojo observó que Shena se metía de nuevo en la casa. Les estaba dejando espacio para que pudieran hablar tranquilos.

Cuando Natalia volvió a colocar la sexta flecha e iba a disparar, Kian colocó su mano sobre la de ella que sujetaba la cuerda y la puso en el sitio correcto.

Sin girarse hacia él, disparó. La flecha dio por fin en la diana, pero sin llegar al centro. Pronto le daría si seguía así.

-Natalia, vine a disculparme contigo. Tenía que haber estado más atento a ayudarte. Me comporté como un idiota al descargar mi impaciencia de Lyan contigo. No estuvo bien.-comenzó a decir, pero cortó cuando Natalia soltó el arco y lo abrazó, apoyando la cabeza en su pecho.

-Perdóname tú a mí Kian. Tendría que haber esperado a que terminaras con Lyan, pero ansiaba tanto aprender a disparar con el arco…-lo abrazó con un poco más de fuerza y él la rodeó con sus brazos.

                                                 ***
-¿Sabías que eres realmente la mejor persona que he conocido hasta ahora?-comentó Lyan, que observaba desde la ventana de la cocina a Natalia y Kian abrazados.

Shena sonrió levemente mientras cogía de nuevo a Azkar y lo puso en su regazo. Acariciarlo siempre la tranquilizaba y a él le encantaba.

No le contestó a Lyan, pero le gustaría que los demás también la trataran algo mejor.

-Lo harán tarde o temprano, pequeña. Y luego te deberán muchas cosas para poder devolvértelo.-Oyó la dulce voz de su felino amigo, arrullándola con sus tranquilos pensamientos.

22 ene 2012

Cazadora Capítulo 15

Nota de la autora--> Quería pediros disculpas por la tardanza. Sé que llevo un capítulo atrasado, pero estuve mala con fiebre en la cama y no tenía momento para escribir. Espero que este capítulo os agrade y decir que habrá un pequeño momento de tensión. Ahí os dejo eso ;)

    Los dos días siguientes apenas intercambiaron tres palabras con ella. Todos estaban, en menor o mayor medida, arrepentidos por su anterior comportamiento.

Kian sabía que Shena no los perdonaría con facilidad. De vez en cuando trataba de acercarse a ella con disimulo, pero Shena repelía su compañía sin tratar de esconder su desagrado. Y él acabó por desistir.

Dejaría que las cosas se enfriaran un poco. Además, el extraño gato que siempre la acompañaba le resultaba bastante espeluznante algunas veces.

***
    Esos días para Shena habían sido monótonos. Esa misma tarde decidió que iba a salir a dar una vuelta.

Salió de su cuarto con pasos silenciosos y Azkar en sus brazos porque algunas veces al caminar por el suelo de madera, sus zarpas hacían un inquietante sonido que hacía eco en las paredes de su alrededor.

Oía voces en el salón, pero pasó por delante de la puerta abierta sin inmutarse y abrió la robusta puerta de madera que daba al exterior.

El cielo presagiaba una tormenta. Las oscuras nubes no permitían que los rayos de sol dieran contra el suelo. Una extraña penumbra cubría todo el bosque.

Conocedora de que a su felino amigo no le gustaría mojarse, lo convenció de que se quedara en casa.

-De acuerdo, pero vuelve pronto.-aceptó él tras dirigirle una mirada cargada de ira al cielo que hizo que Shena sonriera.

-Lo haré, no te preocupes.-le prometió. Por su seguridad había traído su arco y espada. Nunca estaría a salvo hasta que el Linch muriera.

Salió por fin de la casa después de una suave caricia detrás de las orejas de un preocupado Azkar.

Sus pies la guiaron a una pequeña senda que hasta ahora no había visto. Observó pequeños roedores e insectos. Los minutos pasaban. Una hora transcurrió con rapidez. Le prometió a Azkar que volvería pronto, pero necesitaba caminar, necesitaba el bosque.
Un rato después, comenzó a lloviznar, pero no hacía el suficiente frío como para que Shena diera la vuelta aún.

Los frondosos árboles y sus hojas la cubrían un poco de la lluvia pero de vez en cuando, una acumulación de agua caía sobre ella, que sin poder evitarlo, se empapaba.

Shena se adentró aún más en el bosque y cuando sintió que los pájaros a su alrededor dejaron de cantar de golpe, un escalofrío recorrió su cuerpo. Con rapidez desenvainó su espada, girando para observar el bosque.

En su escrutinio bajo la lluvia, observó una oscura sombra acercándose a ella. Hay dos tipos de personas en este mundo: los que se enfrentan a la situación y los que corren a buscar refugio. Y Shena no era de éstas últimas.

Se puso en guardia. Rogando para que fuese lo que fuese, la sombra que se acercaba no se tratase del Linch.

-¡¿Quién anda ahí?!-logró preguntar.

La sombra se detuvo. Y giró hacia donde ella estaba.

-¿Quién sois?-preguntó de nuevo.

La figura comenzó a caminar hacia ella de nuevo. Shena estaba tensa y bastante histérica. Pero a juzgar del caminar, no podía tratarse del Linch.

Se maldijo así misma por no haber hecho caso a Azkar y haber vuelto antes. La lluvia paró en ese momento, algunos rayos de sol pudieron traspasar las nubes.

La figura se detuvo al borde de las sombras y Shena avanzó para que su enemigo pudiera ver su cara con un débil rayo de sol, esperando a que optara por lo mismo.

Oyó un suspiro de alivio y la figura dio un paso, exponiéndose.

Shena oyó su propio resoplido de incredulidad mientras envainaba de nuevo la espada. Ante ella estaba Julián II, empapado y con un brazo sangrante.

-Shena, eres la última persona que esperaba encontrarme dadas las circunstancias.-comentó el noble, acercándose a ella.

-Eso mismo pensaba yo, noble. Pero mejor tú que lo otro que esperaba.-llegados a este punto, Shena se mordió la lengua, había hablado de más.

Él le lanzó una extraña mirada, pero dejó pasar el tema.

-¿Qué os ha pasado?-preguntó ella mirando el brazo herido.

-Bandoleros. Asaltaron mi carruaje y trataron de retenerme, pero luché contra ellos y escapé adentrándome en el bosque, obteniendo a cambio esta herida y perderme.-admitió lo último a regañadientes.

Shena quitó la mano del noble de la herida y tras observarla, sacó de su pequeña bandolera una venda.

-La herida no es profunda ni te ha arrancado carne y por lo que veo, la espada no estaba oxidada ni nada, así que esta simple venda debería parar el sangrado, pero si vienes a casa podría ponerte un ungüento que te lo sanaría en unas horas.-dijo mientras terminaba de vendarle el brazo.

-No hace falta, tan solo llévame de vuelta a algún camino, a partir de ahí podré volver a Phiro sin problemas.- pidió él.

A Shena le extrañó que él no dudara que ella sabía dónde se encontraban. La verdad es que no lo sabía, pero con la ayuda de los árboles a su alrededor, pudo acompañar al noble a un camino cercano al pueblo.

-Gracias por tu ayuda Shena. Tendré tu amabilidad en cuenta en un futuro.-dijo él con una sonrisa.

-No te preocupes noble, no ha sido nada.

El noble comenzó a caminar en la dirección correcta al pueblo cuando de repente, sin girarse, dijo unas extrañas palabras.

-La próxima prueba será a muerte, Shena. Sin magia. Pero tú no sabrás nada de esto hasta el día de la prueba, ¿sí?

Shena lo observó marcharse. El noble acababa de darle a su equipo una ventaja considerable, no, a su equipo no, a ella por la ayuda ofrecida. Pero esta información deberá compartirla con los demás por su propio bien.

***
    Oyó la puerta de entrada cerrarse. Shena había vuelto. Azkar, que había estado esperando en el salón mirándolos todo el tiempo, se levantó con rapidez y acudió a ella.

Pero por extraño que pareciera, ella no lo atendió. Se acercó y entró al salón. Observó como los oscuros cabellos se le pegaban  al cuello, había estado lloviendo y no pudo evitar mojarse.

-La siguiente prueba del torneo será lucha cuerpo a cuerpo, con armas y sin magia. No preguntéis cómo lo sé. Tan sólo entrenad y tratad de sobrevivir. Aún tenéis cinco días, no los desperdiciéis.

Tras eso, volvió a salir del salón, dejándolos a todos sumergidos en una gran confusión.

Kian por supuesto estaba preguntándose cómo pudo enterarse de eso. Se supone que los objetivos e información de las pruebas era material secreto hasta el mismo día de la prueba.

Mirándose uno a los otros asintieron. No desperdiciarían el consejo de Shena. Quizás ésta los ayudaría a la hora de entrenar. Porque Natalia y Lyan lo necesitan.

La lucha con armas no era su fuerte. Pero lo será el día de la prueba.

21 ene 2012

NO a la Ley S.O.P.A.

Hola queridos lectores;
Muchos de ustedes seguramente ya han leído cualquier otro anuncio de la Ley SOPA.
Pero, ¿comprenden lo que esta supondrá? Aquí en estos vídeos os dejo información:
Todo el mundo recuerda la Ley Sinde, ¿verdad? Pues como no salía  a la luz más información de ésta ley y la dejamos de lado. ERROR.
Luego cuando salió la Ley SOPA, todo el mundo hacía bromas como: "Prefiero el caldo a la SOPA" Y volvimos a dejarlo de lado. DOBLE ERROR.
Probablemente ya habrán oído que páginas como Megaupload y Megavideo, entre otras, han sido cerradas por el FBI.
Muchas compañías como Wikipedia, Google, Twitter y Facebook, y otras más, han dado a conocer que habrá un apagón en sus páginas. ¿Qué quiere decir esto? Que el día 23 de Enero, como protesta ante esta ley, no se podrá buscar nada en Google, o conectarte a Facebook, ni siquiera buscar cualquier dato en Wikipedia.
Tener en cuenta que a causa de un día entero sin que funcionen sus páginas, perderán gran cantidad de dinero. Y nosotros, los internautas, estaremos flipando con esto. (me incluyo, porque vamos...) Osea, ¿vais a quedaros de brazos cruzados mientras nos prohíben poner CUALQUIER vídeo de youtube en twitter o facebook? Si lo pusiéramos, éstas páginas entrarían en "la lista negra" y podrían ser cerradas también.

¿Qué podemos hacer contra la Ley S.O.P.A?
Firmar en esta página:
http://www.avaaz.org/es/save_the_internet/
Se garantiza que la información que des será totalmente protegida, no saldrá a la luz ni podrá ser utilizada para otros fines que no sea la recogida de firmas.
Se están recogiendo para que se llegue a los 3,000,000 millones y decir que faltan apenas 400,000 para éso.
Pero se necesita tú firma.
Yo ya he firmado, ¿lo harás tú?

También os voy a dejar este vídeo, el cual una chica os explicará un poco mejor todo esto:

Después de todo esto, os digo que publicaré lo más pronto posible. Esta semana he estado con exámenes y a parte el Lunes y Martes estuve en la cama con fiebre. Comprendedlo, estoy un poco a lo loco. Trataré de publicar o esta tarde, o el Domingo.

4 ene 2012

Cazadora Capítulo 14


            Todos observaron a Julián irse al galope hasta que desapareció tras los frondosos árboles. El sonido de los cascos del caballo apenas podía oírse con el murmullo de los demás participantes.

Pronto se fueron dispersando. A simple vista se podía observar los ganadores con observar sus rostros. Lo que habían perdido se fueron en silencio hacia la ciudad.

Shena se sobresaltó cuando algo le rozó la pierna y dio un pequeño respingo al darse cuenta de que esa bola negra de pelos era Azkar.

-¿Qué haces tú aquí? Te dije que me esperaras en casa.-lo reprendió en un bajo murmullo que sus felinos sentidos captarían.

Él le miró, no dignándose a contestarle, pero su mirada le dijo todo a Shena. Había estado preocupado. Ella se arrodilló junto a él y le acarició por detrás de sus suaves orejas. Su suave ronroneo la reconfortó.

Ella levantó la mirada cuando captó que unos pasos se acercaban a ella. Lyan se colocó a su lado y fijó su mirada en Azkar. Poco después bajó la cabeza en señal de sumisión a Azkar, quien lo miró sin poder disimular su asombro. Lyan se alejó de allí antes de que Shena pudiese pedirle explicaciones.

-¿Qué acaba de ocurrir?-exclamó sorprendida.

-Parece ser que ese duende conoce lo que soy, estoy muy sorprendido.-admitió Azkar, que habló hacia ella en su mente gracias al vínculo que habían establecido.

-Es muy extraño, creo que él también percibió quién era yo desde el principio.

-Deberemos tener cuidado con él, princesa.

-Sí.-afirmó ella, observando a Lyan, que se acercó al grupo.

Pronto formó parte de la conversación que había en aquél momento, dejando atrás todo lo que había ocasionado. Aquello hastió a Shena. ¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué no simplemente decirlo?

-Relájate Shena, puedo leer tus pensamientos. Ése duende puede no ser sólo lo que aparenta.

-¡Que me relaje! Pero, ¿cómo? Yo confío en todos ellos y así es cómo me lo devuelven.-masculló casi gruñendo las palabras.


-Respira hondo, esta noche pedirás explicaciones. Si no te las dan…termina el torneo y márchate.-propuso Azkar.

Shena respiró un par de veces, soltando el aire con lentitud y se levantó. Sus rodillas crujieron un poco tras haber estado arrodillada un rato con Azkar. Con él a su lado se acercó al grupo y observó de lejos un poco de alarma en la mirada de Natalia al observarla y cómo, tras decirle algo a los demás, cubría esa expresión.

De nuevo estaban hablando de ella.

Azkar bufó y se colocó delante de ella, su negra cola se movía peligrosamente. Antes de que éste hiciera algo de lo que ambos se arrepentirían después, lo cogió en brazos, pillándolo desprevenido y Azkar le clavó las unas en una mano.

-Relájate ahora tú, no es de ti de quien están hablando.-lo regañó hablándole en la mente con suavidad y acariciándolo en la nariz mientras terminó de caminar hacia ellos.

Con esa imagen ambos estaban seguros de que se habían dado cuenta que los habían pillado, otra vez. Shena se guardó esa discusión para después, cuando no estuvieran delante de todos.

-¿Nos vamos?- preguntó con una dulzura fingida que era todo lo contrario a lo que sentía en aquél momento.

-Sí, necesito descansar.- comentó Natalia. Y la verdad es que daba señales de cansancio. Aquélla carrera la agotó mucho.

-Pues vámonos.

Con Azkar en brazos, caminó tras ellos. No tenía ganas de que la estuvieran observando y aunque en más de una ocasión Lyan y Kian se giraron hacia ella, ninguno se atrevió a hablarle.

-Qué seres más incompetentes, que asuman que lo que hacían estaba mal. Manteniendo el silencio no hacen nada más que empeorarlo.-escuchó los pensamientos de Azkar, lo que a Shena hizo que le hirviera la sangre. Todo esto la estaba sacando de quicio.

***

Kian nunca había visto así a Shena. Sus ojos se habían puesto casi dorados. Desprendían una furia contenida que aterraría al más fornido hombre. Él mismo estaba asustado.

Juntos montaron en los caballos. La ternura y amabilidad que Shena mostraba hacia aquél animal le resultaba extraña. El felino mostraba una inteligencia superior a la de su raza. Con tranquilidad se sentó en una de las piernas de Shena, que casi se cae de Faster con el peso, pero con rapidez cogió a Azkar y lo colocó delante de ella. En ese momento el gato lo miró fijamente y Kian devolvió su atención al camino por el que montaban.
Esos ojos felinos mostraban la misma furia que Shena, incluso de una forma más espeluznante.

Se sentía incómodo, podía notar cómo era observado por el gato. Pero no se giró ni una vez más.

***

Shena agradeció a su compañero que hubiese espantado un poco a Kian. Si él había hecho algo que estaba mal, que acepte las consecuencias. Y en eso, Azkar estaba de acuerdo con ella.

No pararon hasta que llegaron a la casa de Lyan. Dejaron a los caballos y unicornios para que descansaran y después entraron a la casa. Cada uno se iba a ir a un lado, pero Shena no iba a dejar que se escaquearan.

-Necesito hablar con ustedes tres.-pidió, mientras entraba al salón.

Entraron después de ella y se quedaron mirándola, sin muestra de culpa.

-Puesto que no confiáis en mí, cosa que habéis demostrado hoy, no trataré de ser vuestra amiga.-dijo con firmeza.- Lo he intentado con mucho ímpetu, pero vosotros no habéis respondido a ello. Tú Natalia, me profesas un odio que no llego a entender del todo, quizá sé el motivo, pero no debes preocuparte por eso. Tú Kian no eres sincero conmigo, en realidad ninguno lo sois, pero de ti esperaba más, te conocía un poco mejor. Y tú Lyan, podría decirse que odio no saber ciertas cosas y entre ellas detesto que adivines ciertas cosas sin que sepa cómo.-finalizó ella, mirando a cada uno conforme hablaba.

Los tres reaccionaron como esperaba, sabía que iban a replicarle, pero no les dejó.

-No. He tomado una decisión y será inamovible.

-Shena, yo…-empezó a decir Natalia, pero un movimiento de mano de Shena la calló.

Shena no estaba segura de por qué todos la miraban cohibidos y deseando decir algo, pero no les daría oportunidades de arrepentirse. Habían tenido todo el camino de vuelta a casa de Lyan para ello y no la habían aprovechado.

-Tus ojos están dorados y brillan, Shena. ¿Estás triste?-le dijo Azkar, que rápidamente fue del sofá a ella y se restregó contra sus piernas.

-Sí Azkar. Les he dado muchas oportunidades, he procurado mostrar que no me importaba, pero que, a pesar de todo, siguieran hablando de mí a mis espaldas me ha dolido. Me han defraudado. Y eso no se olvida con facilidad.-admitió sólo al felino y lo cogió en brazos. Les dirigió una última mirada a los tres y con dignidad, les dio la espalda y caminó hacia su cuarto.

Nada volvería a ser como antes.

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Perdonad que me haya demorado más de la cuenta con este capítulo, pero comprended que son vacaciones y he salido por ahí, he estado (desgraciadamente) haciendo deberes y con fin de año también he estado algo atareada, espero que os haya gustado el capítulo.
Feliz Año 2012 ;)