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30 oct 2011

Cazadora Capítulo 6 (primera parte)


El día siguiente apareció frío y con nubes de tormenta, por lo que ambos, tras una pequeña pero acalorada discusión, optaron por buscar información y dejar el aprendizaje de la magia para otro momento o día.

En más de una ocasión Shena le preguntó a dónde irían durante el desayuno, pero él simplemente se dedicó a evitar responder ésta pregunta sacando a luz otro tema que a Shena le interesaba también. A la tercera vez se exasperó.

-¿Y a dónde vamos a ir?-preguntó cortando lo que Kian estaba diciendo en ese momento.
                       
-Bueno, iremos a la plaza del pueblo. ¿Sabes que uno de los conjuros más poderosos del elemento tierra trata sobre abrir la tierra en dos?-la distrajo de nuevo.

-¿Ah sí?- Shena se muerde la lengua para no preguntar a pesar de que se muere por hacerlo- Algún día intentaré aprender a hacerlo. ¿Y a qué lugar iremos allí?

Kian le mira sin saber si reír y darse por vencido o seguir aludiendo esa pregunta.
Finalmente y para la rabia de Shena, opta por lo segundo.

-Ya lo verás.

***

Kian todavía no estaba del todo seguro de llevar allí a Shena, puede que ella interpretara todo aquello mal. Y no le gusta estar inseguro.
Ambos habían optado por dejar hoy a los unicornios en las cuadras y a vestirse de manera que no llamaran demasiado la atención, puesto que eso lo pondría todo más difícil.
Kian vestía la ropa normal de un mensajero y Shena, bueno esto le sorprendió, iba vestida como una simple limpiadora o ama de casa. Quizás pensó que vestiría algo más refinado, pero le sorprendió aquello.

Igual que aún está impactado de cuando descubrió que ella es la única Hada de la Noche que queda. Debe de ser horrible.
Por eso nunca saca a colación ese tema. Dedujo acertadamente que eso la opone tensa e incómoda.

Pero sabe que debe decirle que al usar el conjuro para cambiar su aspecto, la fuerza de su otra magia disminuye puesto que parte de su concentración sigue puesta en ese conjuro. Pronto se lo dirá. Aunque no cree que eso cambie algo.

Echó un vistazo a Shena que iba en silencio a su lado, no había dicho una palabra desde que salieron de la posada. Sonrió ante el recuerdo de la obstinación de la chica por saber a dónde iban a ir y cómo intentaba resistir a sus cambios de tema. Aunque al final desistió.

-Vamos a ir a casa de mi otro amigo que participará en el torneo con nosotros.-le revela finalmente tras haber comprobado la paciencia de ella al llegar a la plaza y no haber soltado prenda.

-¿Dónde se encuentra?-pregunta casi directamente después de haber oído lo que Kian dijo. Sonrió ante ello. Cuando quiere, Shena puede evitar mostrar sus sentimientos y emociones.

Tomó nota de ello.

***

Se desilusionó levemente cuando Kian le dijo aquello, de veras esperaba encontrar información sobre ella misma.
Pero conocer con quien participarán en el torneo antes de lo esperado avivó la curiosidad de Shena.

-Aún queda algo de camino.-responde él con una sonrisa traviesa.

-¿Entonces por qué no nos vinimos con los unicornios?

-Porque los unicornios atraen la mirada de los transeúntes e incluso si hay por aquí algún otro participante del torneo podrían seguirnos, así es más fácil y menos complicado.

Shena rumió esas palabras mientras caminaban por un pequeño y estrecho sendero.
-¿Tu amigo es perseguido por la ley?-pregunta algo escéptica. La sonora carcajada que Kian soltó le hizo dar un ligero salto. No lo esperaba.

-Que va-dice tras el ataque de risa, del que Shena no entendía la razón.- podría decirse que no le gustan demasiado las visitas.

Shena asintió no del todo convencida, un gesto que pasó desapercibido por Kian al estar él delante de ella.

Siguieron adentrándose más en el  bosque, aunque los árboles que les rodeaban los acogían con gusto, algo en el habiente le pone los pelos de la nuca de punta a Shena.

-Esto no es normal, algo va a pasar.-masculla para Kian, quien para y se da la espalda para mirarla con una ceja arqueada.

-¿Te da miedo el bosque?-preguntó acercándose demasiado a ella para su gusto y comodidad.

-N-no es eso…es el ambiente que hay. Creo que va a pasar algo.-logra decir sin apenas tartamudear y mirando a todas partes menos a él, sintiendo como el calor se acumula lentamente en sus mejillas sin permiso alguno.

Ante lo que ella ha dicho desconecta de lo que está haciendo y observa con atención a su alrededor. Está tenso y eso sólo pone más nerviosa a Shena.

-Vámonos.-exclamó haciendo que Shena se sobresaltara.

-De acuerdo…-asintió ella siguiéndolo mientras aceleraban del ritmo tranquilo que llevaban antes.

Ella tiene un mal presentimiento, espera que lleguen antes de que ese sentimiento ocurra.




22 oct 2011

Cazadora Capítulo 5 (segunda parte)


Él no añade nada más, por lo que se concentra en el cálido elemento. Intenta descubrir lo que le avisará de que este elemento es afín a ella también.
Lo mira durante un buen rato. Y nada ocurre.
Se desilusiona y aparta del fuego con algo de resentimiento.

Aquí lo tenemos, aire y tierra. Aunque le hubiese encantado que el fuego fuese también un elemento suyo, así tendrían algo más en común Kian y ella.

Suspira.

-Vamos no te desanimes, alégrate. Tienes dos poderosos y útiles elementos a tu disposición, tu magia será muy poderosa.-añade él para animarla y logra sacarle una sonrisa.

-Sí.-le contesta ella con más confianza y seguridad.- ¿Qué haremos ahora?-pregunta con impaciencia.

Él parece pensárselo y finalmente le contesta.-pues vas a intentar controlar estos elementos.

Shena se queda muda, porque sabe que él empezará con el Aire, un elemento que antes… podría decirse que le regañó. Está nerviosa de nuevo.

-Shena.-le reprende él.-relájate, vamos a la Tierra mejor.

Ella asiente, pero aún nerviosa. Se reprende mentalmente, la tierra ha sido la que mejor se ha portado con ella. Sonríe ante ese recuerdo, ahora ansiosa por empezar.
-Muy  bien, ¿qué debo hacer ahora?

-Ven.-la llama y conduce hacia el tronco de uno de los árboles.
Ya siente la energía que desprende.

-Hola.-lo saluda alegremente y el árbol le devuelve un cantarín y feliz saludo de vuelta, está contento de ayudarla.

-De acuerdo, ahora concéntrate, ¿puedes comunicarte con él?-le pregunta Kian.

-Esto Kian, llevo haciéndolo desde el principio.-asegura Shena algo desconcertada, pensaba que eso era lo normal.

Él se queda callado mirándola y luego refunfuña algo que cree oír como: <<fuerte afinidad>>.

-Vale, en ese caso vamos al claro de nuevo.-dice dándose la vuelta y avanzando por delante de Shena, que le sigue algo confusa, ¿Qué le pasa? –apoya una de tus rodillas en el suelo Shena, bien. Ahora coloca las palmas de las manos en el suelo. Y ahora pronuncia estas palabras: terrae motus.

Shena se pone nerviosa, sabe que va a hacer un conjuro y no pronuncia bien las palabras. Kian se las repite con paciencia.

-terrae motus-logra finalmente pronunciar. De golpe siente que de un tirón, energía, más bien magia, sale de su cuerpo hacia el suelo. Directamente no ocurre nada, pero luego un pequeño temblor sacude la tierra.
Mira a Kian algo espantada, ¿es lo que debería ocurrir o es que ha hecho algo mal? Pero al ver su expresión asume que lo ha hecho bien.

Tras eso, Kian le explica que “terrae motus” es terremoto y que lo que acaba de hacer no está nada mal para una principiante en esto de la magia con los elementos. Ella se siente genial, aunque asustada, no sabía que esto podía hacerse con los elementos.

Durante los siguientes cuarenta y cinco minutos, Kian le sigue enseñando diferentes conjuros y trucos para no desgastarse demasiado.
Tras esto, Shena está sudorosa y algo temblorosa.

-Está bien, dejémoslo por hoy. Debes de saber que la magia requiere una gran cantidad de energía por parte de quien la utiliza. Hoy has demostrado ser capaz de utilizar una buena parte, sin saber cómo extraerla de tu entorno, simplemente de tu fuerza interior. Algo que me ha dejado impresionado, la verdad.

-Bueno,-empieza ella algo avergonzada, pero se ve interrumpida.

-Una última cosa antes de irnos. Ven.-vuelve a conducirla hacia los árboles, pero esta vez hacia uno bastante antiguo y grande.

-¿Por qué no…?- Kian le interrumpe de nuevo.

-No utilizarás el árbol de antes porque es demasiado joven y moriría.-exclama él, asombrándola.-antes de que lo preguntes, ocurre esto porque ellos te darán algo de su energía y como aún no lo controlas, podrías sacarle demasiado al anterior árbol y creo que no te gustaría dañarlo.

-Está bien.-Se acerca al árbol, el que antes de que ella lo salude ya le está hablando.
-Hola Shena, estoy encantado de poder ayudarte con esto.-la voz que resuena en su mente es más grave y anciana que las anteriores que ha oído, pero es muy reconfortante.
-Gracias.

-Bien, en cualquier situación en la que te veas con poca energía para poder recurrir, puedes apoyarte en el árbol y pedirle energía, ellos te la proporcionarán encantados. Vamos, apoya tu mano en el tronco.

Ella hace lo que le pide, el tacto rugoso del árbol le resulta acogedor. Es extraño.

-Muy bien, ahora pronuncia esto: da mihi virtutem.

Esta vez lo pronuncia con claridad a la primera y siente como una cálida onda que para ella tiene un suave tono verdoso sale del árbol y la llena, la llena de energía, la reconforta.

-Ahora debes decirle al árbol que ya es suficiente, vamos Shena no debilites al árbol.-le apremia al ver que ella no se despega del árbol.

-Ya está bien, muchas gracias.-dirige su pensamiento al árbol, que deja de mandarle energía, pero no le contesta. Shena se preocupa. -¿Estás bien?

-Sí pequeña, no te preocupes, tomaste un poco más de mí, pero estoy bien.

Suspira con resignación y algo molesta consigo misma, separándose del árbol de un empujón.

-¿Estás bien?-le pregunta Kian, como un eco de lo que ella le había preguntado al árbol.
Le responde con un gruñido afirmativo y anda hacia el claro de nuevo, dejando atrás a Kian.

***
Desconcertado, sigue a Shena hasta el claro. La encuentra empezando a recoger las cosas, la ayuda y apaga el fuego despidiéndolo con a un viejo amigo.

Montan en sus respectivos caballos y marchan hacia Phiro. Todo lo anterior hecho bajo un silencio sepulcral.
Kian intuye que ella está así porque ha tomado un poco de más del árbol. Decidido acerca a Yitan a Shena.

-Debes saber que los demás árboles que le rodeaban le darán la energía que le falta. No te preocupes. Es una red de energía que comparten sin problemas.

Nota como la tensión de ella se desvanece con cada palabra que va pronunciando, ha acertado en lo que le pasaba.

-¿De verdad?-le pregunta ella.
Él se lo asegura con un asentimiento y ella en respuesta le da una fugaz sonrisa que lo aleja de todo otro pensamiento.

Yitan da un pequeño salto bajo él y Kian apurado baja la vista a él.
¿Por qué esta Hada lo descoloca tanto?

-¿Kian?- resuena en su mente la voz de su amigo.

-Sí estoy aquí, dime.

-Estaré ahí para mañana al anochecer-responde alegre.

-Genial, me alegra de que pudieras venir al final.

-Yo también, nos vemos.”

Tan inesperado como había empezado el intercambio de palabras, se corta.
-¿Kian? ¡Kian!- le llama Shena.

-Hum lo siento, me estaba hablando uno de mis amigos, me ha dicho que llegará a Phiro por el anochecer.-se disculpa y ofrece una escusa.
 
-Ah vale, genial. Solo nos falta que tu otro amigo pueda venir.-exclama ella contenta.

-Em…en realidad es una mujer.-comenta Kian, mirando fijamente una extraña sombra negra que ha pasado por el filo del camino al lado de Shena. Se inquieta. Pero olvida todo cuando ve la expresión que Shena adopta al oír que su amiga es una mujer.

-¿Una mujer?-pregunta ella finalmente. Sus ojos son indescifrables para Kian.

-Sí, nos conocimos hace mucho tiempo.-le dice pensando en Natalia, o como ella prefieren que la llamen, Lia. Se conocieron por sus respectivos padres. Esa chica era hermosa y sigue siéndolo.

Shena no comenta nada más, inmersa en sus propios pensamientos, al igual que Kian.
Quien también está pensando en qué más le enseñará a Shena mañana, no esperaba que ella aprendiera tan rápido y mostrara tantas ganas y pasión por aprender magia. Absorbe la información como si una esponja se tratase.
Kian sonríe ante tal pensamiento, una sonrisa que para Shena no pasa desapercibida, aunque ella cree que sonríe por otro motivo.

De nuevo, esta vez sin que ninguno de los dos se den cuenta, una sombra pasa al lado de Shena, pero no le ataca.

****************

Bueeno, aquí os dejo esta última parte del quinto capítulo de Cazadora. Siento que haya sido algo tarde, pero esta semana he tenido varios exámenes y las cosas no querían entrar en mi cabecita ._. Espero que me perdonéis, ¡intentaré publiar más pronto la próxima vez!
Sé que esta parte puede ser algo más aburrida, pero necesitaba daros un poquillo de introducción a lo que yo pienso que es la magia en ese mundo.

Besoos y deseo que os haya gustazo aún así ;)

11 oct 2011

Cazadora Capítulo 5 (primera parte)

Se pusieron manos a la obra de inmediato. Montaron a los unicornios y buscaron un lugar tranquilo donde poder practicar lo averiguado. Tras una exasperantemente larga búsqueda encontraron un pequeño claro del bosque, donde dejaron a los unicornios pastar y se prepararon.

-Shena, primero debemos averiguar hacia qué elemento sientes afinidad, es decir, en el que se basará tu magia, o la parte más poderosa.-fue hacia las alforjas y sacó una pequeña cantimplora y un gran cuenco. Echó toda el agua en el cuenco evitando derramar ninguna gota. Luego juntó unas cuantas ramas e hizo una pequeña e inofensiva hoguera. Ella observó todo esto entre curiosa y nerviosa.

-Bien, creo que ya está. Debes saber que la magia se define por los cuatro elementos: Tierra, Agua, Fuego y Aire, para que haya un equilibrio todos deben existir Empecemos por el que quieras. ¿Con cuál quieres empezar? –le pregunta Kian.

Ella lo meditó durante unos segundos y se decantó por el agua.

-De acuerdo, siéntate aquí delante del cuenco, sí así. –comentó mientras ella le obedecía.-Bien, ahora debes concentrarte en el agua, mírala con claridad, con transparencia, el agua es el elemento más maleable y el más puro. El agua es más poderosa por la noche, gracias a la Luna, que la sustenta y maneja. No debes estar nerviosa, concéntrate.-la anima al ver que su ánimo decae al no ocurrir nada.

Están así durante un rato, Shena cree que todo esto no va a servir para nada, simplemente no tendrá afinidad por ningún elemento. Una vez sintió un tirón de fuerza proveniente del agua, pero le restó importancia al no sentir nada más después.

-Está bien, que no decaiga el ánimo, pasemos al siguiente.-exclama él.-venga tú eliges.

-Tierra.-espetó con resentimiento y algo de furia.

-Vale, te cuento. La tierra  es uno de los elementos más abundantes a parte del agua. Suele ser el más poderoso aunque no siempre es así. Cierra los ojos.-le ordena y ella obedece. Al verla tan serena y abandonada a su confianza en él le dio ganas de abrazarla…o algo más. <<Vamos concéntrate>> se reprendió, esto es muy importante para ella.

-¿Y ahora?-dice ella impaciente.

-Tranquilízate, este elemento debe fluir por ti, siente su ancestral energía, piensa como un árbol, conéctate con ellos o incluso agáchate y toca la suave hierba a tus pies.

***
<<Venga vamos.>> Se auto animó.
Se agacha y sienta de nuevo en el suelo, respira hondo, pero nada ocurre. Obstinada roza la hierba a sus pies y esta le infunde calor. Animada por esta sensación, coloca ambas manos sobre el suelo, maravillándose de la familiaridad que siente por todo esto, a pesar de ser totalmente nuevo para ella.

-Lo sientes, ¿verdad?-murmura Kian a su alrededor, sobresaltándola levemente, había olvidad por completo su presencia.

-Afirmativo.-susurra ella con una suave sonrisa y con los ojos aún cerrados.

-Bien, esto es un  gran paso; fúndete con tus alrededores, siente cada árbol, ¿los notas?.

Shena trata, pero no puede.
-No…-suspira ella.

-Tranquila, todo debe ir poco a poco.-le dice él colocando su cálida mano en el hombro de Shena.
Ése simple contacto le hace dejar todas las preocupaciones atrás, se centra por completo en la tarea que tiene ahora. Oh si, ahora los ve, podría decirse que los siente. Están por todas partes, por extraño que parezcan…están felices y… ¿saludándola? Ella les devuelve un silencioso saludo y casi ríe de felicidad. Esto es tan increíble.

-Céntrate, abre los ojos.-le sobresalta de nuevo él apartando su mano del hombro de ella.

No quiere hacerlo, porque está disfrutando de esta sensación, pero abre los ojos y los centra en él.

-¡Genial!-exclama ella con una felicidad desbordante.

Él la mira con una sonrisa ligeramente torcida, pero vuelve a ponerse serio, en plan “profesor”.

-Se han dado casos de afinidad a más de un elemento y no dudo que tú seas uno de esos casos así que sigamos.

Ella se sorprende al escuchar aquello, pero lo acepta como un nuevo reto.

-Aire- dice ella sin necesidad de que él lo diga.

-Extiende tus alas y flota a poca distancia del suelo. Venga así.-él se queda en el suelo, mirándola con la mirada fija- Cierra tus ojos de nuevo. Y ella por supuesto lo hace.

Está tan eufórica por la anterior experiencia que no puede concentrarse. Trata de calmarse, frunce el ceño por el esfuerzo.

-El viento es uno de los más complicados, pero también más útiles. Se podría usar como arma, ahuyentando a todos lo que estuvieran en vuelo, o usarlo como ayuda a la hora de volar, casi como si te transportaras…-

No lo está escuchando, sigue desconcentrada. De repente, una ráfaga de aire la desequilibra de la flotabilidad en la que estaba, es como si aire la recriminara, como si no le gustara que le hiciera tan poco caso. Abre los ojos casi asustada y ve a un Kian muy sorprendido.

-Sí, creo que el aire te acaba de regañar.-se mofa él, riendo a carcajada limpia después del susto que había tenido.

Ella ríe también a carcajadas, no puede evitarlo ni creerlo, ¿otra afinidad? Increíble.

-¿Soy…?-pregunta ella pero no formula por completo la pregunta.

-¿Afina al aire? Por lo que hemos visto, sí. Le agradas.

Ella suspira, nuevas emociones le abalanzan sobre ella. Antes nunca había sentido nada como esto. El aire ahora pasa suave alrededor de ella, casi como acariciándola.

-Creo que no me sorprendería mucho si ahora también resultaras afine al fuego.-comenta con ironía Kian mirando la pequeña lumbre.-venga baja que lo comprobemos.

***
Esta Hada cada vez lo sorprende más. La tierra era un elemento afine por su naturaleza de Hada de la Noche, pero el aire ha sido totalmente sorprendente, casi le asustó. Pero se rió ante la  tontería de la situación, el elemento había regañado a Shena por no prestarle atención. Quizás…es cierto, voló realmente bien cuando luchó contra él, quizás ya estaba usando su afinidad con el viento por aquél entonces.
Dándole vueltas a ese asunto, juntos se acercan a la lumbre.

-¿Este no se abalanzará sobre mí a regañarme no?-bromea ella, a pesar del notable nerviosismo.

-Tranquila, el fuego es dócil con su dueño. Es el elemento más escaso que hay a nuestro alrededor, aunque cualquier ser afino a él puede sacar su fuerza a partir de sol o del aire. Es fácil. Normalmente el fuego tiene más poder de día por estar el Sol directo, pero por la noche no deja de ser poderoso, puesto que el Sol no se aleja demasiado, siempre está ahí.-se suelta a hablar con fluidez y luego para de golpe, cree que ha hablado demasiado.

-¿Cómo sabes tanto de este elemento?-le pregunta ella con interés. Él no contesta, no quiere ni debe, pero ante su silencio ella lo suelta.- Eres afino al fuego, ¿verdad?

-Sí.-afirma con rotundidad. No, debería de haberse callado e ignorar esa pregunta, pero sabe que eso sólo avivaría la curiosidad de esta hada.

Ella sonríe cálidamente y vuelve a fijarse y concentrarse en el fuego, sólo añadiendo: -genial, así podrás ayudarme mejor con este elemento.

6 oct 2011

Cazadora Capítulo 4 (segunda parte)

Esa noche la pasaron en silencio, nos fuimos a dormir temprano, apenas sin dirigirse la palabra, yéndose cada uno a su habitación de la posada.
El sueño fue muy difícil de conciliar para Shena, no dejaba de dar vueltas y estar intranquila, hasta ahora ha confiado en Kian, pero ¿y si la traicionaba ahora? Ella estaba segura que el asesino iría a por ella… fue la última cosa que su madre le dijo.

“-Mi vida, si mañana sales y no nos encuentras…escóndete, huye, cambia de vida. Nadie deberá reconocerte. Te quiero.”

Nada más recordar la angustia con la que su madre le dijo aquello le partía el corazón tantos años después.
Y la pesadilla… siempre la misma, el no dormirse y no tenerla es lo único que ha visto positivo en esas horas dando vueltas. Siempre se despierta sudorosa y temblorosa, con frío que le viene de dentro, un frío que nada puede alejar.

Finalmente a las tantas de la madrugada logra dormirse y sí, la pesadilla le sigue al mundo de los sueños. Nunca la deja.


<< ¡No!>> casi grita al despertarse. Maldice y se echa todas las sábanas y mantas encima, no deja de tiritar, sus dientes castañetean y podía apostar todo a que sus labios, a pesar de la magia, los tenía azules casi como los suyos de Hada de la Noche.
Con un suspiro de resignación se levanta, se acicala un poco y baja a recepción, puesto que a juzgar por la luminosidad de afuera, ya estará alguien abajo.
Pide una gran cubeta de agua caliente cuanto antes.
No tarda en llegar, la deja caer con impaciencia en la bañera del cuarto de baño de la habitación y tras quitarse la ropa, se deja caer en ella. El agua escalda su piel, pero ella sigue fría, nunca se le va a pesar de todo el calor al que se someta. Es horrible.

Tirita, aún sabiendo todo el calor que debería estar pasando y que su piel luego escocerá quizás con quemaduras, pero quiere, no, necesita apagar ese hielo de su interior.

Se queda en el agua hasta que se entibiece, tras lo cual sale de la bañera, se seca y se acuesta exhausta en su cama, deseando por una vez un sueño normal o ni siquiera soñar.

Despierta un rato después por un ruido fuerte y una maldición, se pone alerta, pero está descolocada y deslumbrada por la luz de la ventana. ¿Qué hora será? Para ella, sólo han pasado unos pocos minutos desde que se durmió.

Mira al causante de que despertara de dormir sin sueños. Y espera una explicación por que la despertara.

-Hum Shena, es medio día. Y bueno… lo siento pero tenía que comentar lo que he averiguado sobre las hadas de la Noche. No esperaba encontrarte durmiendo. –empieza a hablar algo cortado por ella. Tan solo lleva un fino camisón.

Se tapa con las mantas hasta la barbilla casi y le pregunta ya atenta al cien por cien.

-¿Qué has averiguado y cómo?

-Cámbiate anda, es hora de que nos vayamos y demos una vuelta. En un cuarto de hora estoy aquí.

A su pesar asiente hacia él, espera a que salga y salta de la cama hacia sus alforjas. Escoge la ropa y se viste. Se va al baño y se peina un poco, aquella maraña que tenía por pelo era poco domable.

Se sienta en su cama, a la espera de que apareciera.

***
Casi sale corriendo de la habitación de aquella hada. Le había descolocado encontrarla durmiendo aún. Y se tropezó con un simple taburete, causando que se despertara. Pero aún así, había logrado observarla dormir un rato. Dormir de verdad, no cómo aquellos días en los que estaba alerta pero descansaba. No. Su rostro suavizaba la fiera expresión que tiene cuando está despierta, casi parecía feliz.
Por eso se enfadó con él mismo por despertarla. Y bueno… un vistazo a su cuerpo lo había logrado cuando la despertó, lo que le causó una gran vergüenza y no sabe por qué.
Ella estaba muy sexy, eso se lo reconoce. A pesar de su alocado pelo, sus ojos tenían un brillo ahumado por haber estado durmiendo, sus labios ligeramente abiertos…

Agitó su cabeza de un lado a otro con rudeza. No. Tenía que centrarse, tenía que contarle lo que había averiguado y a juzgar por el tiempo que ha estado ensimismado, quizás llegue tarde al cuarto de Shena. Joder.

***
Ahí estaba, le abre la puerta con ganas, necesita saber más de sí misma. Siempre temía buscar información por ella misma, no quería enfrentarse a su pasado aunque sabe que algún día tendrá que hacerlo.

Al abrir, se quedan mirándose durante un breve instante, luego Shena se aparta y lo deja pasar. Mientas le esperaba ha estado ordenando un poco el caos que tenía por cuarto.

Ella se sienta en la cama y él en un taburete de madera. Sin tener que animarlo empieza a contarle todo.
Resulta que mientras el “indeterminado” tiempo en el que ella ha estado dormida, él anduvo por  Phiro, buscando cualquier sitio en el que encontrar información y al final se rindió y fue a la biblioteca y luego a los escritos que están disponibles en el ayuntamiento.

-Encontré algo muy interesante y es el principal rasgo por el que os denominaron Hadas de la Noche. Podéis fundiros con las sombras, haciéndoos prácticamente invisibles en la oscuridad. Es un rasgo muy característico y útil. También descubrí que eres un Hada de magia cálida, es decir, puedes producir calor.

Aquello le pareció irónico a Shena, si ni siquiera ella era capaz de evitar que el frío la acechara cuando iba a dormir. Siguió escuchando con interés.

-Leí sobre algunos de los hechizos que son de vuestra raza y que sois capaces de leer las estrellas.

-¿Qué?-se sobresaltó Shena ante lo último. No…no.

-¿Qué de qué?- instó él.

-Nada…déjalo. Continúa por favor. –pidió.

Carraspea y continúa con sus averiguaciones.

No cuenta nada más importante, le cuenta la historia de su raza, los reyes y reinas que hubo de las Hadas de la Noche.

-Lo único que no salía…-comenta él y luego para, como si antes no se hubiera dado cuenta de que había seguido hablando.

-¿Qué no salía?-pregunta ella, aunque intuye qué es.

-No obtuve información sobre cómo desaparecieron. Sé por pequeños datos que me has estado contando que fue un ataque… pero no me dijiste quién fue.-al ver que ella no contestaba continuó- No hace falta que me lo digas si no quieres, ya lo sabes.

-No, no quiero hablar de ello.

-Está bien.-contesta algo arisco.

Tras aquello un silencio sepulcral se estableció entre ellos.

Él se levanta de golpe, aligerando la carga que había en el ambiente.

Da una palmada y exclama:

-Voy a enseñarte a usar la magia.

Lo que saca todos los demás temas de la cabeza a Shena y aleja su tétrico pasado de la cabeza.

-Adelante.

<<Miau>>
Shena se gira ante ese sonido y se encuentra en la repisa de la ventana un gato negro con unos brillantes ojos amarillos. Algo escalofriante. Tal cual lo vio desapareció de un salto.

Extraño.





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PREMIO:
Este premio me lo ha dado Nadia Salamanca (para que luego digan si no la quiero aish) xD y bueno muchísimas gracias :)

Se lo tengo que dar a mis blogs favoritos, como lo dice la imagen.
Ahí vamos (no voy a poner los links, la última vez que lo hice tardé más que en escribir el capítulo jaja)
-Lighling (sí, te lo ha dado ella también pero eres una de mis favoritas xD)
-Gaby (nada que agregar, ya sabes lo mucho que le gusta tu historia a la srta. adivinadora ;) )
-Mely (aunque aparezcas muy de vez en cuando amo tu historia *.*)
-$$Any$$ (gracias por tu apoyo y todo eso :) )
-Athena (of course, I love all your stories) 
-Kashmir. (yeah girl :) )
-Albaescritora (amo tus comentarios^.^)
-Aura :)
-Annie, tu ya sabes por qué te digo aquí, muchas gracias!
-May que aunque me visitas de vez en cuando, me encanta ver tus comentarios!
-Hayat, que lleva un tiempo perdida :( ¿estás por ahí? xD
-Y a tí Nadia, aunque me lo hayas dado, siéntete por aludida jaja xD

¿Parezco algo pelota? xD es que no es eso, agradezco siempre tanto vuestros comentarios, cada uno me saca una sonrisa y sobre todo, me animáis a escribir! Lo que me recuerda a que debo pediros disculpas por no publicarlo a principios de semana como suelo hacerlo, pero comenté por el C-box, he estado resfriada, pero bien resfriada.

Qué mas... mm ah sí, dios se me olvida jaja. Ya tengo ¡banner! Hecho por una auténtica artísta. MUCHAS GRACIAS ANNIE!

Hay unos tres repartidos aquí por el lado derecho del blog, cojed el que más os guste :)

Me despido ya, que es tarde y tengo todavía cosas que hacer.
Espero que estéis bien y los que no, que os mejoréis. (no se por qué me ha salido esto, se ve que desde que estoy mala.. jaja)
Besos <33